¿Quién es ese extraño ser que viene de lejanas dimensiones para dejar su huella en la tierra? Tal vez no hayan oído hablar de él, pero tiene ya unos cuantos fervientes, cuando menos, admiradores.
Como un fuerte ‘hoax’ viral, el mito de lord Inglip surge en la red de redes y sus nuevas se extienden for la frondosa jungla social electrónica. Lanza sus crípticos mensajes a través de los ‘captchas’ (para aquellos que nunca han descargado contenidos en red, son aplicaciones que muestran textos aleatorios que deben ser reproducidos por el usuario), y dichos mensajes deben ser interpretados por sus Gropagas (o seguidores).
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¿Una simple broma o un divertimento? Yo querría llamar su atención ante el hecho que aquí se encuentra una raíz común del ser humano en su atracción por lo sobrenatural: buscando mensajes sutiles en aquellas cosas que aparentemente contienen un significado no casual. ¿Acaso las palabras que surgen aleatoriamente de un programa son tan distintas a los posos del té, a los fuegos fatuos, las cartas del tarot, o las psicofonías que aparecen en una cinta de radiocasette? En todos los casos el mérito está en quien sabe interpretarlas.
Sean cuales sean los designios de lord Inglip, mientras alguien descargue algo de la red, seguirán viendo su palabra.
