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29 octubre, 2010

Comparaciones Odiosas XI – Al pan, pan y al vino, vino

Tengo una imagen grabada en mi memoria. Recuerdo una gran tinaja de aluminio con dos grandes palas que, lentamente, iban removiendo un líquido de color a medio camino entre crema y blanco hueso. También conservo un olor en la memoria, pero no puedo reproducirlo, a diferencia de las imágenes, aunque si volviera a tenerlo frente a mí ahora mismo lo reconocería: el olor de la leche recién ordeñada. Recuerdo el templado calor que emanaba de la tinaja, que yo, de niño, encaramado de puntillas, notaba en el aire con mis labios y mi nariz.  Eso era cuando acompañaba a mi madre, en verano, a una vaquería a por leche.

Y entonces la leche dejó de ser leche, el pan dejó de ser pan, y los huevos dejaron de ser huevos para convertirse en cáscaras con yemas y claras llenas de nutrientes en su interior.

¿Recuerdan ese momento? Los que son muy jóvenes, quizás no. Pero no es mi caso. Recuerdo con indignación aquel día que mi madre dijo que ya no podíamos hervir la leche en casa, que había que comprarla en bolsas de plástico (sí, gran error de diseño industrial) o más tarde, tetra-briks. La leche ya dejaba de ser leche para entrar en un proceso de deshumanización. Con la excusa de la uperisación (único método, al parecer, para que no enfermásemos bebiéndola), comenzó una progresiva descomposición de ese rico líquido en sus múltiples componentes, quitándole de todo hasta hacerla poco más que un suero. ¿Han visto ustedes qué translúcida es la desnatada? Eso sí, al mismo precio, o mayor que al principio. Mientras tanto, en paralelo, surgían docenas de subproductos que se robaban parte de su sabor: quesitos, natas, cremas, requesones, etc. Tan cruel fue el proceso, que esa leche sin alma, en un punto tan magra y desnuda, ha vuelto a ser paulatinamente re-enriquecida con vaya a saber qué mezcolanzas: que si ácidos, vitaminas, vegetales o proteínas de pescado.

 

27 octubre, 2010

Transmeme XXX

A menudo la gente quiere conocer su opinión sobre las cosas para medirse con respecto a ustedes.

25 octubre, 2010

Preguntas con Respuesta X – Ora et labora

Reza y trabaja. Trabajar dignifica el espíritu. O eso suele decirse. Como mantra no está mal, pero una revisión del postulado tampoco parece inadecuada. Si yo les pregunto, ¿Para qué trabajan ustedes? «Pues por el dinero, ¿por qué va a ser? » Responderán muchos. Otros, más afortunados, se permitirán añadir: por realización personal, para ser útil a la sociedad, por vocación, para contribuir al progreso y un etcétera bien nutrido. Bueno, pues echemos una ojeada a los intestinos de tales afirmaciones.

22 octubre, 2010

Transmeme XIX

La regla moral más usada, desde que hay moral, es: “Lo hago porque puedo”

20 octubre, 2010

Preguntas con Respuesta IX – Sin palabras

Para este post quería usar el ejemplo de las muchas formas que los esquimales tienen para referirse a la nieve, pero parece ser que no sería del todo cierto.

Aún así, creo que no es desacertado decir que los pueblos crean una mayor riqueza de palabras para aquello que les es más familiar. Por ejemplo, existirán muchas menos palabras para nombrar estados de la mar en aquellos países sin costa, y menos palabras para denominar los productos derivados del cerdo en países de tradición musulmana.

Esto nos lleva al maravilloso mundo de la metáfora. Si resulta que nunca hemos tenido un sofisticado sentido del gusto, (quizás porque nuestra historia se caracteriza principalmente por las grandes hambrunas) cuando entramos a valorar los infinitos matices aromáticos de un vino, tenemos que usar términos como “notas”, “terciopelo”, “almendra”, “miel”, “musgo” y muchos más, aunque el caldo en cuestión no tenga de ellos ni un átomo. Así es como buscamos comunicarnos sobre lo nuevo o lo desconocido, por analogía.

Imagen: Salvatore Vuono / FreeDigitalPhotos.net

18 octubre, 2010

Transmeme XXVIII

Curioso: una pequeña ciudad con la gente más sesuda e inteligente tendría los mismos problemas que la ciudad en que vivimos.

15 octubre, 2010

Preguntas con Respuesta VIII – La fórmula de la felicidad es una ecuación diferencial

¡Hey, noticia! ¡He dado con la (verdadera) fórmula de la felicidad!

Qué, ¿no me creen? A ver, si Eduardo Punset puede proponer una fórmula, ¿por qué no puedo yo? Sí, ya sé que compararme con él es cuanto menos pretencioso, (de aquí mis respetos a tan disfrutado pensador y comunicador). Déjenme pues en lugar de eso, que imite a aquellos sonados estudios que salen de algunas universidades que no quieren renunciar a ninguno de los fondos que les han sido concedidos, y que se inventan las cuestiones más peregrinas para mantener sus plazas de investigación. Así pues, si hay quien puede responder a porqué las personas que caminan 1,3 kilómetros diarios y comen chocolate tienen una probabilidad un 50% mayor de saltarse algún semáforo durante su vida, yo mismamente puedo darles la verdadera fórmula de la felicidad. Hasta aquí el titular. Bueno, ahora en letra pequeña:

Debo decir que no he inventado la fórmula realmente, pero la he mejorado.

06 octubre, 2010

Transmeme XXVII

No sean pesimistas: tan sólo ocurre que la política/legislación/democracia/moral/religión no progresan tan rápido como la tecnología.

04 octubre, 2010

Comparaciones Odiosas X – Versión no original

En ocasiones me encuentro en la circunstancia de tener que elegir entre ir al cine a ver una película en versión original y otra película en versión doblada. Mi elección es fácil. La versión doblada. Siempre.

Parece que no es chic, no es moderno ni continental no querer ver la película en su banda sonora original, oír los actores con sus voces verdaderas. Pero es que ocurre algo, yo en el cine quiero relajarme. No pago una entrada para trabajar. Para mí es un esfuerzo de concentración totalmente innecesario. No puedo estar pendiente de lo que dicen (no me malentiendan, hablo el inglés, pero sigue siendo un esfuerzo para mí que me impide gozar de la película), si hay subtítulos, me quedo inevitablemente mirándolos (y a menudo apenas tengo tiempo de leer), y me pierdo las imágenes, los gestos. Es casi como leer un guión.

 

Los resabidos dirán enseguida, que la versión que yo veo es descafeinada. Lo niego rotundamente. Por fortuna, tenemos en este país unos superlativos traductores (aunque los critique en algún post)  y actores y actrices de doblaje que, a mi modo de ver, no dejan que el producto final pierda ni un toque de su dramatismo. ¿Que no es lo mismo? Bueno, eso es relativo, ¿lo mismo que qué? ¿La versión que el director tenía en su cabeza, la del montador de la película, la de los estudios que le han dado sus toques finales? Quizás el doblaje lo cambie, pero no veo que perjudique el resultado, que al final es el fruto de un gran conjunto de personas con sus dotes creativas.

Desde aquí mi enfático saludo a los actores y actrices de doblaje del país y a su maravilloso trabajo.

01 octubre, 2010

Transmeme XXVI

A menudo me siento tentado a usar citas de otros.
 
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Fototrampas por Iván Cosos J.N.S.P.S. está registrado bajo una Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported License.