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17 enero, 2011

Preguntas con Respuesta XIV – ¿Rebajas?


Las rebajas ya no son lo que eran. O mejor dicho, se han convertido en algo que nunca han sido. Quizás se pregunten por qué. Bajo mi punto de vista no han cambiado las rebajas solamente, sino el mundo del comercio y los hábitos de compra. También en épocas de descuentos.

Antiguamente, uno iba de compras solamente cuando necesitaba algo. Necesitaba un jersey, pongamos por ejemplo, y entraba en una tienda. El dependiente, dispuesto, preguntaba nuestra necesidad y a continuación ofrecía el abanico de productos (no muchos) que podían cubrirla. Como el dinerono abundaba, tampoco abundaban las ventas, y hacia fines de año el encargado del negocio ponía el resto del producto a precios atractivos de cara a renovarlo al año siguiente. Era una buena época para aquél que no había podido adquirir un jersey o unos buenos zapatos de poder comprarlos a un precio más módico.

Hoy en día se sale a comprar por entretenimiento, no sólo cuando hay necesidad. La gente entra en las tiendas, a ver qué hay. Los dependientes apenas se fijan ya en toda la gente que pulula por sus establecimientos. Los volúmenes de ventas son amplios, y los problemas de acumulación de estoc a finales de temporada están ampliamente superados. Tenemos las tiendas outlet, las ventas por internet, etcétera. Sin embargo las rebajas permanecen. ¿Por qué?

Es un curioso círculo vicioso. Los consumidores, conscientes que, año tras año, las rebajas se repiten, han ido dejando de comprar a lo largo del año para concentrar sus necesidades (que no serán tan perentorias si se pueden posponer por meses) en las rebajas. Para los comerciantes, es simplemente una excusa para vender más. El reclamo de los descuentos hace que los clientes vengan en tropel, a llevarse bagatelas. Y se encuentran lo que se encuentran. Ya no siempre está el producto que el tendero debe renovar obligatoriamente, éste tiene ya sus alternativas, están los saldos, productos difíciles de colocar, eso sí, camuflados entre atractivos reclamos.

Unos creen que son más listos que los otros, unos esperando hacer todas sus compras a precios de escándalo, los otros vendiendo artículos que son bien dignos de esos precios. ¿Resultado? Para los pobres empleados el trabajo de dependiente es cada vez más estacional. El pequeño comercio empieza a parecerse a la hostelería de playa.

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Fototrampas por Iván Cosos J.N.S.P.S. está registrado bajo una Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported License.