Llevo un tiempo viendo la gran espectación que hay por el despegue definitivo del libro electrónico, o e-libro, no sin enormes dudas, recelos, temores e incluso rechazos expresados muchas veces por nuestra atávica repulsa al cambio y a la novedad.
Parece, o al menos a mí me parece, que
Imagen: Maggie Smith / FreeDigitalPhotos.net
un cambio de tendencia de gran
magnitud en este nuevo producto no tendrá lugar a menos que venga acompañado de algo de sentido económico. No voy a hablar sobre lo que deberían valer los e-libros según la industria, ni cuál es su coste en razón del libro tradicional, ni cómo puede todo ello afectar a los derechos de autor, los editores, los libreros... Creo que todo esto condiciona, pero no es determinante.
Y es que ¿alguien ha pensado en cómo lo ven los clientes/lectores? Voy a olvidarme incluso del amor romántico por el libro de papel y les hablaré de lo más profano. ¿Les apetece hacer el cuento de la lechera? A ello.
En nuestro país se compran (y leen, supuestamente) una media de 8 libros por persona, voy a ser benévolo, puesto que la mediana es seguramente menor. Consideremos el precio medio de un libro tradicional sobre unos 17 euros, el gasto anual está pues de unos 236 euros por persona.
Si el ahorro que se obtiene en la compra de un e-libro actualmente se situa sobre el 20%, los clientes lectores en media pueden ahorrar unos 47 euros al año con la compra de e-libros. Ahora viene lo divertido, para leer un e-libro hace falta un e-lector. ¿Cuánto cuesta? Pues el más barato, baratísimo, tan asequible que “va a rebentar el mercado” está sobre unos 100 euros. Cualquier otro con más prestaciones puede valer hasta el doble.
Eso significa que en la actualidad, un cambio de papel tradicional a tinta elecrónica
no se amortiza ni en dos años. En media, claro. ¿Qué sentido tiene eso? ¿Cuánto nos dura un teléfono móbil y cuánto nos va a durar el susodicho e-lector baratija? ¿Ven ustedes algún incentivo bajo este punto de vista para el cliente/lector? Ya, ya, ya, los motivos de cambio serán otros a parte de los precios, etc. etc. Veremos.
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