A todas luces, parece haber un exceso de oferta de dinero-tiempo. Pero de dónde surge éste, es algo que intentaremos tratar a continuación.
Si vemos creación de nuevo dinero-tiempo como fruto del ahorro o la acumulación de ganancias en las actividades productivas previas, podemos analizar, por ejemplo, el ratio año en año de dinero-tiempo existente sobre el PIB acumulado de los diez años anteriores. Si el dinero-tiempo provee del ahorro, sería razonable que éste se exprese como un cierto porcentaje del PIB pasado, como se ve en la figura 1.
Es difícil conocer cuán ahorrativos somos, aún así se observa que dado el caso, habría un fuerte incremento de este ratio a partir de finales de los años 90, de modo que como no nos hemos vuelto unos ahorradores compulsivos a nivel mundial, el incremento ha de deberse a otros factores.
Fig 4. Evolución de la proporción de dinero-tiempo con respecto al PIB acumulado de los 10 años anteriores.