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29 noviembre, 2010

Preguntas con Respuesta XII – Trato Intestinal

Esta entrada les parecerá un poco escatológica, pero de todo tiene que haber. No sé si habré comentado alguna vez mi inclinación a auscultarme, y a fijarme en los comportamientos y signos que nuestros cuerpos dan, de nuestro estado de salud y de bienestar. Eso pasa por mirarme el blanco de los ojos, el olor del aliento, mi caída de pelo y, también, como dicen en televisión, como “funciono” por dentro.


Imagen: healingdream / FreeDigitalPhotos.net

A veces me siento como ese fantástico Dr. Kellogg  (sí, sí, el de los cereales) que Anthony Hopkins interpretaba en “El Sanatorio de Battle Creek”, usando extraños aparatos y gritando: «¡Haced ejercicio! ¡La carne es putrefactaaaa! ¡Cuidad vuestras heces!» y cosas por el estilo. ¿No la han visto? Hilarante. No es que sea vegetariano, pero cuido lo que como, y estoy muy atento cuando voy al baño.

Por ello fue que pronto me di cuenta como un numeroso grupo de féminas de mi entorno sufrían de un pesado y humillante estreñimiento. Lo de humillante lo digo porque parece embarazoso hablar de él. Resulta que es un mal extendido, supongo que puede tener causas hormonales, y que algo de la dieta afectará.

Pero he aquí que he encontrado un efecto muy curioso: que haciendo deporte, como gimnasia abdominal, o para aquellos de ustedes que es mucho esfuerzo, simplemente saliendo a correr, el efecto es revelador. A la mañana siguiente los viajes al baño son casi obligados. Prueben, ya me dirán sino. No, si al final el Dr. Kellogg tendría algo de razón.

25 noviembre, 2010

Transmeme XXXV

Tan sólo puedo tener una opinión cuando desconozco la realidad exacta de los hechos.

22 noviembre, 2010

Teatro del Mundo XII – Grados de aproximación

La gente se extraña mucho cuando les digo que no me gusta viajar, que nunca me gustó demasiado. Supongo que lo que viajar me ofrece no compensa la lista de incomodidades que supone irse a un lugar lejano. Especialmente para alguien con mala orientación, poco sentido de la aventura, con pies planos y que detesta caminar.

Cuando yo pregunto por el contrario a la gente, por qué les gusta viajar, suelen decir «oh, es muy bonito ver nuevas culturas y formas de vivir». Con lo que el acto de viajar queda expuesto como un modo de enriquecerse personalmente. Es entonces cuando los provincianos comodones como yo debemos defendernos. Para hacerlo he desarrollado mi propia teoría, que me permite contrarestar ese agravio. Es una teoría que demuestra que, a mi modo, yo también soy un viajero.

   
Imagen: Simon Howden / FreeDigitalPhotos.net

18 noviembre, 2010

Transmeme XXXIV

Las mujeres inteligentes son extramadamente sexys.

15 noviembre, 2010

Comparaciones Odiosas XII – Las minorías de bien estar

Imagen: Foto Gratis

Un día constaté un hecho que me provocó cierta irritación, a saber: que si sólo los muy ricos siguieran disfrutando de los parajes naturales y los deportes al aire libre, no habría problemas de sostenibilidad en las zonas naturales, ni depredación de recursos, ni desgaste, contaminacion o erosión descontrolados.

Tal afirmación es algo molesta y antidemocrática, lo sé, pero me duele reconocer que así es. Me explicaré: Originalmente, pocos eran los verdaderos montañeros, excursionistas, escaladores, esquiadores, muy pocos. La mayoría de la gente disponía de muy poco tiempo de ocio, y de menos medios para lo que, en su época, eran verdaderas aventuras. Tan sólo un reducido grupo de vocacionales y amantes de la naturaleza hacían el agradecido esfuerzo por disfrutarla. Luego había las minorías de bien estar. Con mayor tiempo de ocio, y más comodidades, fueron los primeros en practicar ese turismo lúdico y descubrir que las playas servían para algo más que pescar, y que los esquís no sólo podían ser usados para ir de un pueblito a otro en la montaña.

Afortunadamente, los años de progreso han facilitado la aparición de una clase media, con algo más de dinero y algo de tiempo libre. Así ha surgido la industria del ocio en paraje natural y todo lo demás, incluído el impacto mediambiental. Las costas se pueblan de apartamentos, las montañas son invadidas, los mejillones desaparecen de las playas y la basura se acumula en los márgenes de los caminos. Entonces son necesarios las regulaciones, las leyes de costas, los cotos y las vedas (hasta que el civismo haga un día al fin su aparición). Todo eso no era necesario cuando un reducido número de privilegiados lo disfrutaba. Es la democratización que nos trae el progreso, con suerte para todos.

No es cuestión de clases, es cuestión de número.

10 noviembre, 2010

Transmeme XXXIII

¡Aquellos que me iluminan suelen ser aquellos que me hacen reír también!

08 noviembre, 2010

Preguntas con Respuesta XI – Concurrencia Creativa

Teoría del caos o espionaje industrial. No sé cuál será la causa, pero lo cierto es que vengo observando desde hace años numerosos casos de producciones artísticas (llamémosle así), aparentemente casi iguales, que suceden de manera simultánea. Yo creo que algunos de ellos son fruto de un fenómeno esotérico que yo llamo concurrencia creativa.

Quizás los casos más llamativos, son los de las películas. ¿Acaso no recuerdan el lanzamiento prácticamente el mismo año de dos filmes sobre magos ilusionistas? ¿O dos películas de animación protagonizadas por un pez? ¿O por una hormiga? Con los libros ocurre otro tanto. Quizás podrán recordarme algunos ejemplos más, estaría bien tener una lista.

05 noviembre, 2010

Transmeme XXXII

La cultura de masas es, en promedio, pobre, pero crea un ecosistema que interesantes artistas pueden aprovechar.

03 noviembre, 2010

Teatro del Mundo XI – La crudeza del aire

En numerosos tratadillos de alquimia de los siglos XVI y XVII existe una florida descripción de la obra de la Naturaleza para la generación de los metales. Es una dulce lectura muy inspiradora y trufada de imágenes poéticas y devotas. Una lectura que yo recomiendo a los que estén interesados en la literatura menos académica de la época, pero igual de espiritual y profunda.

 

Hablan esos tratadillos, de cómo la naturaleza cuece en su útero interno, en las cavernosas profundidades de la tierra, aquella substancia primigenia, aquel mineral sin forma del que nacen todos los metales. Desde esa honda oscuridad los minerales van poco a poco emergiendo, mecidos por la sabia mano de la madre, que les da el punto de temperatura, humedad, cocción, y presión para que evolucionen en su escala de perfección. Porque todos los metales, en su creación, tienen la capacidad de ser perfectos, es decir, de convertirse en oro.

01 noviembre, 2010

Transmeme XXXI

Las drogas son un mayor peligro social cuando no están integradas apropiadamente en las tradiciones ni en los ritos culturales.

 
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Fototrampas por Iván Cosos J.N.S.P.S. está registrado bajo una Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported License.